martes, 24 de julio de 2007

Los 30

El fin de semana pasado, tuve una platica muy interesante con mis amigos, relativa a llegar a los 30 y la crisis de la edad correspondiente.
He escuchado a muchas personas decir que al llegar a los treinta se acaba la juventud, o que dejan de ser considerados jóvenes y el único camino a seguir es el del irremediable envejecimiento.
En cierta forma es cierto, pero también no estoy totalmente de acuerdo con esas afirmaciones.
Definitivamente a los treinta se envejece, pero también a los diez o a los veinte, es más desde que nacemos estamos en proceso biológico de crecimiento y envejecimiento, nada nuevo, tal vez la diferencia con los veinte es que no hay posibilidad de crecer, por ejemplo, y por el contrario aparecen las canas y las arrugas.
En este punto he de decir que al menos en mi caso las canas aparecieron hace como dos años, así que no creo que sea muy grave que a los treinta aparezcan más.
En cuanto a dejar de ser considerado joven, creo que es un problema de fácil solución, siempre hay alguien 20 o 30 años mayor que uno, y por supuesto que para ese alguien siempre seremos unos jovencitos.
Un dato curioso, es que en algunos países, se sigue considerando jóvenes, para los efectos legales y sociales a las personas de hasta treinta y cinco años, en mi opinión sólo crean inútiles.
Definitivamente creo que llegar a los treinta es un buen punto en la vida para reflexionar muchas cosas, para corregir todo aquello que este mal en nuestra vida, para ver el camino recorrido, y recordar .
Creo que también es un buen punto para superar y dejar de una vez por todas todo aquello, que sigue ahí, aquello que no hicimos y que es imposible de hacer por el simple hecho de que ya paso, es un buen punto para dejar de tener la nostalgia de los tiempos pasados y dejar desear que se repitan aquellos momentos inolvidables, que precisamente son inolvidables por que fueron en su lugar, tiempo y circunstancia.
Es imposible pensar y desgastarnos con el deseo de que esos momentos regresen. Lo único que nos queda es recordarlos con una sonrisa y guardarlos en nuestra mente y nuestro corazón.
En lo personal me quedo con los paseos con mi mamá en los parques del D.F. y las siestas con ella después de comer, aquellas tardes de fin de semana en las que preguntaba a mi papá por que hay personas que hablan otros idiomas, con las correcciones a la pronunciación de mi hermana cuando empezaba a hablar, con las risas de mis primos en los callejones de Guanajuato, las posadas en Gunajuato, la convivencia con los animales y la naturaleza en Salvatierra, con los interminables partidos de base ball en el baldío de a lado de la casa, con los planes de los domingos para ir al cine o hacer una maldad, con las horas de estudio en la universidad, con la emoción de salir con alguien que me gustaba, con la emoción del los conciertos con la banda, con la emoción del primer trabajo, y un largo etcétera.
Es ridículo e inútil pensar en que alguno de esos momentos regrese o se repita, es ridículo pensar en que las diversiones van a ser las mismas, y peor aun es amargase la vida por que ya nada es igual, al final de cuentas los seres humanos, al igual que todo, estamos en constante cambio, y por ende nada puede ser igual, que aburrido sería hacer siempre lo mismo, es mejor decir eso ya lo viví y seguir con algo nuevo.
Es cierto que a los treinta hay más responsabilidades, que bueno por que significa que seguimos creciendo, significa que somos alguien y que somos importantes, es algo de lo que no debemos de quejarnos, es una bendición, que hay menos tiempo de ver a los amigos, que bueno por que significa que las familias siguen creciendo y ahora hay otras alegrías y, significa también, que el día en que nos veamos nos vamos a ver a con mucho más gusto.
Es cierto, es difícil llegar a los treinta, es más difícil adelgazar, a los quince años no tenia las mismas obligaciones y preocupaciones,pero que importa, tengo más experiencia, además si algo es cierto es que nos debe de ir mejor siempre y los próximos treinta años deben de ser igual de buenos que los primeros.
Finalmente, lo peor que podemos hacer a estas alturas de la vida, es no tener conciencia de quienes somos, de que es lo que queremos y a donde vamos, la vida cambia y hay que disfrutar cada una de sus etapas, no hay que desperdiciandola en lo mismo de siempre y creando un vacio en nosotros mismos.

1 comentario:

Jana Suro dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con esta reflexión, por otra parte, concuerda con Heráclito cuando dijo que "nadie se mete en el mismo río dos veces". El tiempo, la vida, los espacios y la materia siempre cambian, pero la esencia de quiénes somos permanece.

Y eso es lo que verdaderamente importa, conservar nuestra esencia y aprender del camino recorrido, disfructar cada instante y tener la seguridad de que no cambiaríamos nada porque entonces dejaríamos de ser las personas que somos.

Un abrazote.